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Hipoacúsicos, entre dificultades al oír y lidiar con el ruido de la ciudad

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El ruido de los escapes de algunos motorizados, la dificultad para escuchar las conversaciones y la discriminación, son algunos de los problemas con los que lidian todos los días las personas con hipoacusia o déficit auditivo, debido a la falta de conocimiento de esta discapacidad por parte de las autoridades y la población, informaron representantes de la Asociación de Hipoacúsicos Cochabamba (Ashico).
La hipoacusia es la pérdida parcial de la capacidad auditiva, ésta puede ser leve, moderada, severa o profunda en uno o ambos oídos. Las personas que viven con esta discapacidad se comunican con lenguaje de señas, lectura labial e interpretación escrita.
“A los tres años comencé a perder la capacidad auditiva y a los siete a usar audífonos. Toda mi vida he tenido algunas dificultades para conversar con personas que están en grupo, no puedo entender las conversaciones simultáneas”, dijo Juan Lizeca, una persona hipoacúsica y vicepresidente de Ashico.
Asimismo, expresó que el audífono no le ayuda a escuchar de manera eficaz lo que le dicen los demás, ya que sólo agudiza algunos sonidos. De ese modo, tuvo que aprender a leer los labios para entender muchas palabras.
“Algunos piensan que no escucho lo que me dicen y me gritan, eso me lastima bastante. Hay desinformación”, comentó.
Siguió: “De niño quería oír y hablar como los demás, durante mucho tiempo no sabía quién era exactamente porque no era sordo, podía hablar. En ocasiones me discriminaron y seguía la corriente para que pararan de hacerlo”.
Carla Miranda, presidenta de Ashico, perdió la audición de manera profunda desde su primer año de vida. Contó que tuvo que aprender a leer los labios y el lenguaje de señas para poder comunicarse.
“Me daba vergüenza usar el audífono, pero recibí mucho apoyo de mis amigos y profesores, me fortalecí y logré graduarme y salir profesional. Otras personas creen que soy sorda, pero no lo soy, vivo con hipoacusia”, agregó.
Por su parte, Joaquín Herbas, que vive con hipoacusia y es coordinador de la asociación, lamentó que pese a existir normativas que prohíben y sancionan el uso de “roncadores” en los motorizados, las autoridades no hagan nada al respecto.
“El audífono no soluciona nuestra situación, tendemos a cansarnos más debido a que tenemos que hacer un gran esfuerzo para escuchar y otro para entender qué es lo que dicen los demás”, añadió.
Además, explicó que la sobreprotección de los padres es otro de los problemas que deben afrontar algunos durante su niñez .
“Muchos padres someten a un niño hipoacúsico a terapias. Si el niño no fue capaz de desarrollar el lenguaje hasta los cinco años es difícil que después lo haga”, dijo.
Prevención
El coordinador de la Asociación de Padres y Amigos de Niños Hipoacúsicos (Apanh), Gabriel Alessandri, manifestó que las maneras de prevenir la hipoacusia son que la madre se alimente debidamente durante su gestación y la detección temprana de la enfermedad en la niñez para poder frenar su avance.
“Los resfriados mal curados también pueden provocar la pérdida parcial de la capacidad auditiva”, agregó.

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